4/1/14

poesía, dolor de espalda y dolor del mundo


...llegó a clase de escritura creativa con dolor de espalda. qué te sucede ? me duele la espalda y el cuello, profesor, a veces me sucede y me acompaña como un vértigo. quieres ir a la enfermería? ya fui, estoy esperando que venga mi mamá a recogerme. ok - le dije - entonces estáte en tu asiento tranquila y si necesitas algo me lo dices. necesito algo - me respondió - quisiera leer un poema...

...no les había dicho que esta alumna es poeta. hoy llegó con dolor de espalda. otras veces trae taquicardias y en una ocasión llegó a clase naufragada en un oceanito de lágrimas. me parece bien que leas un poema...

...se paró del asiento y caminó para situarse al frente de sus compañeras. después leyó el poema. un poco más alto - le señalé - mira lejos... como miran los poetas. siguió leyendo. le salían las palabras desde muy dentro y aunque no consiguió llegar al horizonte de la clase, las últimas filas donde duermen los sueños de algunas compañeras, quienes pudieron escuchar el poema lo sintieron hondo. fue un poema de amor, como lo son todos los poemas. y sé que tocó profundidades porque tras la lectura habló durante unos instantes - sin tiempo - el silencio. después las compañeras aplaudieron. yo no lo hice...para que no se asustaran las palabras....

...gracias, le dije. y regresó a su asiento. es curioso, le comenté, es como si hubiera desaparecido tu dolor de espalda, caminas mejor. sí, profe, como que se me fue. bien, supongo que esta tarde irás al médico. además de lo que te recete,creo que puedes automedicarte un poema. tómate tres al día antes de cada comida, cuando el vacío de tu estómago te permitirá subir más alto...

...la muchacha se fue de clase mucho mejor. ella misma sabe cual es su medicina para el dolor de espalda. es poeta y tendrá que tener cuidado, a los poetas les duele demasiado el mundo. y ese dolor, dice un amigo médico, suele esconderse en la espalda, donde él cree que no podemos alcanzarlo. la poesía sí puede...

tomás rubio
poetaclown
teatro divergente